La Real Basílica de San Francisco el Grande, ubicada en la intersección de la calle Bailén y la Carrera de San Francisco, en pleno barrio de La Latina, es sin duda uno de los grandes tesoros del centro de Madrid.
La actual iglesia, de estilo neoclásico, no es la primera, sino la cuarta que se levanta en ese mismo solar. La primera, según cuenta la tradición, se levantó sobre el terreno que se le ofreció al mismo San Francisco de Asís cuando en 1214 pasó por Madrid en su peregrinaje a Santiago de Compostela.
La cúpula más grande de España
El edificio actual data del siglo XVIII, cuando la orden franciscana acometió su construcción. Su arquitecto iba a ser originalmente Ventura Rodríguez, pero vio su proyecto rechazado frente al de Francisco Cabezas, otro franciscano, que tuvo que frenar la construcción cuando recibió un dictamen de la Academia de Bellas Artes, que indicaba que los muros construidos no serían capaces de soportar el colosal peso de la cúpula.
Y no era para menos, porque su altura de 57 metros y su diámetro, de 33, la convierten en la cúpula más grande de España y la cuarta de Europa, solo tras la basílica de San Pedro, el Panteón de Agripa, en Roma, y Santa María del Fiore, en Florencia.
Fue otro arquitecto, Antonio Pló, el que logró cerrar la cúpula. Francisco Sabatini sería el que terminara el edificio, inaugurado por Carlos III.
¿Cómo se llama realmente?
El nombre real del templo es ‘Santa María de los Ángeles’, aunque todos los madrileños lo conocen como ‘San Francisco el Grande’. Esto se debe a la existencia previa de un pequeño convento en la Puerta del Sol llamado ‘Convento de San Francisco de Paula’.
Cuando se construye la basílica, también franciscana y de mayor tamaño, comenzó a ser conocida popularmente como ‘San Francisco el Grande’ para diferenciarla del pequeño convento.
Un auténtico museo de arte: El mural de Goya
San Francisco el Grande tiene una capilla mayor y seis capillas laterales, todas revestidas por impresionantes lienzos de destacados pintores de la época como Moreno Carbonero, Zurbarán, Muñoz Degraín o González Velázquez. Pero, sin duda, uno de los cuadros murales más admirados es el de ‘San Bernardino de Siena predicando ante Alfonso V de Aragón’, pintado por Francisco de Goya en 1782 cuando tenía 36 años.
El mismo pintor aparece autorretratado en el cuadro, mirando al espectador. Sin embargo, pocos saben que el cuadro, aunque admirado por su técnica, refleja un error temporal. San Bernardino de Siena y Alfonso V de Aragón no fueron coetáneos. Más de cuatro siglos separan sus nacimientos.
Perfecta para un atardecer
Vale la pena también visitar su rosaleda, un jardín lateral que cuenta la basílica con un mirador hacia el Manzanares, Carabanchel y Casa de Campo, que se ha convertido en uno de los mejores miradores del barrio de La Latina.
Organiza tu visita
Si vas a visitar el templo, mejor hacerlo con una visita guiada, que cuesta 5 euros (3 euros para pensionistas, estudiantes y grupos). Los sábados la entrada es gratuita.
El horario de visita es de martes a sábado de 10:30h a 12:30h y de 16h a 18 h. Durante los meses de julio y agosto, de martes a domingo, de 10:30h a 12:30h y de 17h a 19 h.
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