Octubre ha llegado, y con él, el mes más bonito para disfrutar de Múnich. La ciudad se convierte en un auténtico espectáculo de colores cuando llega el otoño, y sus cientos (sí, cientos), de parques y zonas verdes, son testigos de ello.
Acompáñanos en este paseo por los lugares más imprescindibles para no perderte este precioso cuadro de la naturaleza. Haz clic en cada uno de los títulos para encontrar las ubicaciones.
Ostpark
Creado en la década de los 60 como un parque urbano muy necesario en la zona este de Múnich. Está formado por un gran valle con grandes praderas y un lago, todo rodeado por colinas boscosas de álamos y sauces. El arroyo de Hachinger Bach completa este maravilloso conjunto en el que difícilmente se echa de menos algún detalle.
Cuenta también con un Theatron para eventos y un pequeño Biergarten en la cara norte del lago, aunque no sabremos si con el frío que comienza estará abierto.
Por ser menos conocido que el Englischer Garten, este parque está lleno de encanto.
Hofgarten
No tienes excusa para no visitar el Hofgarten, pues se encuentra abierto al público en la Residenz de Múnich, en el mismo corazón de la ciudad, además colindante con Odeonsplatz y la Staatskanzlei, la Cancillería de Baviera.
Es un cuidado jardín de estilo francés, con sus fuentes y bancos para sentarse y descansar después de un paseo (¡o después de un tour!). En el cruce de caminos podemos encontrar un templete coronado en su parte más alta con la diosa Diana, utilizado ocasionalmente por músicos y bailarines por su buena acústica.
Mayores, y no tan mayores, juegan a la petanca aquí aprovechando los caminos de grava.
Nymphenburg, todo el Parque
Con una superficie total de 229 hectáreas, se necesitan varias horas para recorrer el parque entero. Y así es como se debería recorrer, sin prisa, ¡porque hay mucho que ver!
Pertenece al complejo de la antigua residencia de verano de la familia de los Wittelsbach. Por ello, está repleto de pequeñas pagodas y palacios de recreo que también merecen un tiempo de dedicación.
Interesante es el resultado del jardín estilo francés o barroco original en combinación con el jardín inglés, más parecido a un bosque, que rodea a este asombroso parque y al que se unió después.
Es totalmente normal encontrar animales como ciervos, zorros o conejos y aves acuáticas merodeando por la zona. ¡Parece sacado de un auténtico cuento de Disney!
Paseo por el Isar (desde Reichenbachbrücke)
Cualquier lugar a lo largo de la rivera del Isar es apropiado para pasear. Sin embargo, ¡debemos decantarnos por algún punto en concreto en sus casi 300 kilómetros de recorrido!
Desde el puente de Reichenbach se observa su curso a su paso por la iglesia de Maximiliano, lo que se transmite en un paisaje de auténtica postal. Si se antoja dar un paseo, unas escaleras nos llevan a la orilla y nos invitan a seguir su ladera.
Friedensengel
Nos parece una lástima que un lugar tan imponente como este aún sea tan poco visitado cuando se viene a Múnich.
Tras un paseo por la muy muniquesa Prinzregentenstr, y pasando por el Luitpoldbrücke, se llega a este monumento-mirador del Ángel de la Paz, Friedensengel. Con 6 metros de altura, la estatua dorada representa a Nike, la diosa de la Victoria, que sostiene una rama de olivo, símbolo de paz, y una imagen de la diosa Atenea, diosa de la lucha y de la sabiduría.
El templo de abajo muestra a cancilleres, generales y reyes. Sus mosaicos presentan la guerra, la victoria, la paz y la bendición de la cultura.
Si, además, se visita al atardecer, ¡es todo tan dorado que uno no sabe ni a dónde mirar!
Alter Sudfriedhof (y sus pequeños habitantes)
Se trata de un antiguo cementerio en el sur de Múnich. Sí, ¡un cementerio!
Está protegido como elemento paisajístico desde 1989 y es un oasis de gran importancia ecológica, así que te puedes hacer a la idea de lo que la naturaleza nos presta aquí.
Que en Múnich es muy normal encontrar ardillas saltando de árbol en árbol en plena ciudad, ya lo sabemos. Pero, que este es el lugar en donde más cantidad de estos adorables roedores hay por metro cuadrado, también. ¿Qué les encanta salir en otoño? Está comprobado.
(Los ciervos en) Hirschgarten
En 1780 el príncipe elector Karl Theodor encargó a su maestro cazador el trazado de un coto de caza de unas 45 hectáreas para su disfrute y el de los suyos. En él se liberaron 100 gamos y ciervos. Se hizo popular tras ponerlo Karl a disposición del público, convirtiendo la Jägerhaus, la casa del cazador, en un restaurante.
Su paisaje también está designado como zona de conservación y, como era de esperar, ya no está disponible para la caza. Sin embargo, todavía cuenta con un cercado en el que se pueden observar ciervos durante todo el año. ¡A los niños les encanta!
(Puente en el) Englischer Garten
El parque en sí es bastante impresionante, ya que su estilo inglés, como el propio nombre indica, le confiere un aspecto de bosque en plena ciudad.
Conforme más lo paseamos hacia el norte, más salvaje se vuelve, hasta perder totalmente su aspecto urbano. Sin embargo, en la zona que encontramos más al sur, un pequeño paso por el Schwabinger Kanal nos transporta a algún escenario de libro digno de Tolkien.
Si además pasamos por aquí en otoño, difícilmente encontraremos el momento de movernos del lugar.
¡Estos son nuestros lugares favoritos para perdernos en otoño en Múnich! Pero no podemos evitar recomendarte alguno más… ¡en sus alrededores!
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¡Nos vemos!
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