La Plaza de Oriente es una de las plazas más emblemáticas de toda España y ha sido escenario de algunos de los hechos más importantes en la historia del país.
Coronada por la estatua de Felipe IV (en su momento, la figura ecuestre más importante del mundo), supone un majestuoso espacio monumental rodeado de dos de las principales joyas de la ciudad: el Palacio Real y el Teatro de la Ópera.