Un bar rockero-alternativo de los más míticos de Malasaña, con decoración kitsch y abigarrada, sesentera a tope, buena música, que ha sido testigo desde la movida de todos los movimientos musicales que han desfilado por Madrid. Es famoso, entre otras cosas, por el enorme mural de Mauro Entrialgo que decora la pared del fondo de la planta baja.