Con el día de los enamorados nos animamos a descubrir Madrid de una manera diferente. ¿Sabías que los restos de San Valentín descansan en Madrid? ¿O que la Catedral de la Almudena fue mandada construir por amor?
Un San Valentín muy madrileño
Poca gente sabe que Madrid alberga los restos de este famosísimo santo en una de las iglesias más tradicionales y céntricas de la ciudad. Pero antes de desvelar dónde se encuentra vamos a descubrir de dónde proviene el mito:
Valentín era un sacerdote romano durante la época del emperador Claudio II, quien promulgó una norma prohibiendo casarse a sus soldados, convencido de que serían más fieros y aguerridos si no tenían ningún tipo de ataduras. Varias parejas recurrieron a Valentín, quien prometió ayudarles y casarles en secreto. Cuando esto se descubrió fue degollado en Roma un 14 de febrero de 270 d.c, lo que lo acabó convirtiendo en el patrón de los enamorados.
Según se dice, estos restos acabaron en Madrid porque a finales del siglo VIII el Papa se los regaló a Carlos IV, quien posteriormente los donó a los Escolapios de Madrid.
Desde entonces sus restos (una calavera, dos fémures y un par más de huesos más) se encuentran en la céntrica Calle Hortaleza, en la Iglesia de San Antón, donde se pueden ver en el interior de una urna de vidrio.
El Parque del Amor
Todo el que visita este parque por primera vez se sorprende al descubrir esta joya de la ciudad de inspiración francesa creado para amar la vida y sus placeres: el Parque del Capricho. Este jardín fue una obsesión de María Josefa Pimentel, la XII duquesa de Osuna, por crear el espacio más lujoso y romántico de Madrid. Los terrenos fueron un regalo de su marido intentando complacerla, que le compró este enorme terreno a las afueras de la ciudad. La duquesa era mecenas de artistas y contrató a los mejores arquitectos franceses para hacer realidad su jardín soñado que hiciera las delicias de los amantes más enamorados.
Enseguida se convirtió en el lugar preferido de la aristocracia madrileña, que acudía a las fiestas organizadas por la duquesa en las que disfrutaban de los bailes más sugerentes y disfrutaban de los amores más furtivos entre sus laberintos y jardines.
Tras la muerte de la duquesa el parque fue olvidado y vendido y posteriormente fue utilizado para construir búnkeres durante la guerra civil. Actualmente vuelve a estar abierto y se mantiene en pie en honor al amor más romántico.
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Una catedral construida por amor
Uno de los monumentos más conocidos y más fotografiados de Madrid tiene su origen en una trágica historia de amor. Probablemente una de las historias de amor más famosas de Madrid, ya que sus protagonistas pertenecían a la realeza y enseguida se convirtió en la comidilla de toda la ciudad.
Nadie imaginaba que cuando el joven Alfonso XII conoció por primera vez a su prima María de las Mercedes, teniendo ambos 14 y 12 años respectivamente, surgiría el amor. Y es que este inesperado flechazo entre ambos enseguida los convirtió en protagonistas de un romance apasionado para horror de la madre de Alfonso, la depuesta Isabel II, que puso el grito en el cielo desde el principio. De poco sirvió esta oposición, pues Alfonso XII consiguió convencer al Consejo de Ministros para contar con su aprobación y casarse con su prima en 1878. La ausencia de su madre a esta ceremonia se vio suplida por la presencia de toda la villa de Madrid, que estaba enganchada a este culebrón real y sentía este amor como propio.
Tras una corta luna de miel María de las Mercedes se quedó embarazada pero sufrió un aborto del que nunca llegó a recuperarse completamente. Cuando dos meses después empezó a sentirse mal, los médicos no supieron dar con el problema y no consiguieron salvarle la vida, muriendo con apenas 18 años.
Alfonso XII nunca fue capaz de recuperarse de la pérdida del amor de su vida y decidió ordenar la construcción de una catedral que sirviese de mausoleo para su fallecida esposa, buscando darle una sepultura digna, ya que no podía ser enterrada en el Panteón de Reyes de El Escorial por no haber sido madre de monarca.
Alfonso murió unos años más tarde de tuberculosis dejando escrito en su testamento el deseo de que los restos de su esposa descansaran en este templo del amor. Deseo que se cumplió en el año 2000 cuando se trasladó el cuerpo de la reina a la Catedral de la Almudena. Sus restos fueron ubicados tras el altar bajo una lápida de mármol blanco con la inscripción “María de las Mercedes, dulcísima esposa de Alfonso XII”.
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El viaducto del amor
El viaducto de la Calle Segovia es conocido más por la leyenda negra de ser uno de los puntos favoritos de los suicidas de la ciudad que por su leyenda de amor, pero no siempre la muerte espera a los desventurados que saltan desde su cima.
En 1875 una mujer de alta sociedad se enamoró de un hombre sin riquezas. A pesar de que se trataba de un zapatero de Carabanchel, honrado y apuesto, su exigente familia se opuso a esta unión, lo que llevó a la mujer a caer en un estado de desesperanza por ver que nunca podría ser feliz junto al hombre que la había hechizado sin remedio.
Fruto de esta desesperación se dio cuenta de que no quería vivir si no era junto a su amado, por lo que subió al viaducto y se arrojó al vacío. Sin embargo, no se sabe si gracias a San Valentín, o a Cupido, o simplemente a la magia del amor, se dice que su largo vestido hizo de paracaídas y la mujer aterrizó sin un rasguño.
Su familia, a la vista del milagro, no tuvo más que aceptar que ese amor era verdadero y decidieron bendecir su amor, por lo que la pareja por fin pudo casarse y disfrutar del resto de su vida juntos.
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