El Parque del Capricho es uno de los jardines más espectaculares de Madrid y, paradójicamente, uno de sus más desconocidos.
Construido entre 1787 y 1839 para los Duques de Osuna, su principal promotora fue la duquesa, doña María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel. Protectora de artistas, toreros e intelectuales, la duquesa creó un auténtico paraíso natural que frecuentaron las personalidades más ilustres de la época y en el que trabajaron los artistas, jardineros y escenógrafos con más prestigio.
Después de la muerte de la duquesa comenzó su declive, que fue imparable hasta que en 1974 el Ayuntamiento de Madrid compró el parque y comenzó su recuperación, que finalizó en 1999. El parque alberga una importante riqueza botánica, escultórica y artística.
Una de las características más llamativas que alberga este parque es la importante presencia de la mitología clásica en su decoración.
Templete dedicado al Dios Baco
Uno de los monumentos más fotografiados, gracias a su espectacularidad, del Parque es su templete dedicado al dios Baco. Está ubicado sobre una pequeña colina desde la que preside la mayor parte del parque, al estilo de los jardines neoclásicos o de estilo inglés de los grandes palacios de todo el continente.
Antiguamente estaba dedicado a la diosa Venus y contaba con una gran cúpula, pero la Venus fue trasladada y la cúpula derruida a principios del siglo XX y nunca fueron repuestas.
Saturno devorando a su hijo
Otro importante monumento del parque que recuerda a la mitología clásica es la Columna de Saturno devorando a su hijo. Se trata de una pequeña estatua de piedra sobre una columna ubicada en el centro de una pequeña plaza circular de la que surgen seis calles radiales.
En este monumento podemos apreciar la cultura y el gusto por los detalles de la duquesa y sus paisajistas, ya que la columna sobre la que se encuentra Saturno es una columna dórica de estilo arcaico imitando a las descubiertas en las ruinas griegas de Paestum, en el sur de Italia.
Parterre de los Duelistas
Continuando la visita al parque encontramos el Parterre de los Duelistas, también llamada Plaza de los Cipreses. En ella, vemos dos columnas de mármol sobre las que se ubican dos bustos que simbolizan a dos personas que se dan la espalda en el momento de batirse en duelo. Las columnas se encuentran separadas por 40 pasos, la distancia reglamentaria que se utilizaba para este trágico desenlace. Una obra que ha anclado en el tiempo la incertidumbre y tensión de sus dos protagonistas.
De hecho, esta misma plaza sirvió años más tarde para un duelo real entre dos importantes aristócratas de la época: Don Antonio Felipe de Orleans, Duque de Montpensier e hijo del rey Luis Felipe de Francia y a Enrique de Borbón, primo y cuñado de la Reina Isabel II. El duelo entre ambos se realizó a pistola, resultando ganador el primero de ellos, quien terminó con su oponente con un balazo en un ojo.
La Exedra
Si continuamos nuestro camino, encontraremos otro de los conjuntos escultóricos más importantes del parque, la Exedra. Una exedra es una construcción semicircular con asientos en la curva, en este caso decorado con un templete de columnas jónicas, donde podemos encontrar el busto de la duquesa, y al que se accede por siete escalinatas vigiladas por esfinges de bronce. La presencia de las esfinges rodeándola recuerda a los ritos para iniciados en honor de dioses como Mitra o Diónisos.
El conjunto fue mandado construir por el duque Don Pedro en honor a su abuela, y ha sido restaurado recientemente tras décadas de abandono, aunque no se han podido recuperar ciertos elementos, como la semi cúpula que antaño cubría el templete.
Plaza de los Emperadores
Finalmente, frente a la exedra encontramos la Plaza de los Emperadores, que recibe su nombre de los numerosos bustos de doce antiguos emperadores romanos que la decoran. Entre ellos podemos encontrar nombres tan conocidos como Julio César, Calígula, Augusto o Nerón.
El Capricho es un parque que está esperando ser explorado. Aprovecha y descubre estas historias y muchas otras con nuestro tour por el Parque del Capricho acompañado con los guías que mejor conocen esta joya de Madrid.