Cementerios de Múnich

¡Descubre la belleza de los cementerios muniqueses!

Cuando el tema escrito por José Cano se publicó en el 86, a la mayoría nos resultó extraño pensar que los muertos podían salir de fiesta y que un cementerio no tenía por qué ser un lugar sobrio y triste.

¿Qué hay más allá de la muerte? Esta es, paradójicamente, una de las grandes incógnitas de la vida. Algunos creen en el paraíso; otros prefieren pensar que nos sumiremos en un sueño eterno, igual que cuando dormimos y no recordamos nada de lo que hemos soñado.

El capítulo “Juniper” de la aclamada serie de televisión Black Mirror (creada por Charlie Brooker) fue de los favoritos de la audiencia, por mostrar otra posible manera de vivir una vida eterna o una vida más allá de la (no) muerte.

Los cementerios de Múnich bien podrían ser imagen del tema de Mecano, pues no solo son lugares para ir a llorar a un ser querido que ya no se encuentra entre nosotros.

La gente en Múnich va a pasear y a hacer jogging a los cementerios, padres con niños, artistas a inspirarse, gente que se lleva un libro para leer tranquilamente… te presentamos una lista con los “parques” menos conocidos de la ciudad:

Alter Südfriedhof

Nuestro primer favorito.

El duque Albrecht V lo hizo construir en 1563 para los fallecidos por la peste, porque los campos de la iglesia consagrados ya no eran suficientes para los numerosos muertos.

Sin duda el más romántico y especial de toda la ciudad. La hiedra y los helechos caen por todas partes. Algunas tumbas son tan antiguas que parecen ya no tener dueño.

Aquí, numerosos artistas e historiadores se pierden durante horas para inspirarse o plasmar algún elemento de cualquier rincón escondido. En las lápidas teñidas de verde figuran los nombres de un número casi interminable de personalidades de la ciudad:

• Johann Conrad Develey: proveedor de la corte e inventor de la mostaza dulce. Gracias por esa mostaza, Johann, sin ella el desayuno bávaro no sería lo mismo.
• Carl von Effner: arquitecto de jardines de los castillos de Herrenchiemsee y Linderhof. No hay palabras para describir lo agradecidos que estamos.
• Maximus Imhof: cofundador del Oktoberfest. En nombre de toda la humanidad, gracias.
• Leo von Klenze y Friedrich von Gärtner: los dos arquitectos y eternos rivales. Fueron formadores del paisaje de la ciudad, también encontraron aquí su última morada. Sin ellos, Múnich no sería Múnich.

Y un largo, larguísimo etcétera…

Ubicación aquí.

Alter Sudfriedhof. Imagen de Stephan Rumpf.

Cementerio de Bogenhausen

Es un pequeño cementerio de unas 200 tumbas no apto para todos los “públicos”. Los que allí quieran descansar para siempre, deben ser personajes ilustres, celebridades, o como mínimo cumplir una serie de requisitos… como haber vivido en determinados barrios de la ciudad de Múnich o haber servido servicios especiales. Tal es el caso del jefe de prensa del NSDAP, Ernst Hanfstaengl; o Liesl Karlstadt, artista y cómica muniquesa.

Las lápidas y tumbas aquí son sencillas y discretas.

Ubicación aquí.

Ostfriedhof

De uno pequeño y poco ostentoso, a uno de los más grandes y extravagantes. Con sus 35.000 tumbas, está densamente poblado de árboles. Llama la atención un edificio blanco con cúpula verde que se encuentra en la St.-Martins-Platz. Ahí es donde se celebran los servicios funerarios.

Ostfriedhof.

Nordfriedhof

Estrictamente simétrico, en sus amplios terrenos se encuentra una interesante mezcla de tumbas, sepulcros y mausoleos de colores, con una capacidad similar al Ostfriedhof.

En la entrada se pueden apreciar dos esfinges gallo-león que son copias de las originales, desaparecidas en 1958 de la noche a la mañana y aún en paradero desconocido. Uno de los grandes misterios de los cementerios muniqueses.

En la parte Norte se puede encontrar una arboleda con una piedra de granito para rendir memoria a las 2.099 víctimas por bombardeos de la Segunda Guerra Mundial que fueron ahí enterradas en fosa común.

Ubicación aquí.

Esfinges en entrada de Nordfriedhof.

Alter Nordfriedhof

Abierto desde 1868, fue el cementerio central y se estuvo utilizando hasta 1944. Hoy en día sirve como lugar al que acuden los vecinos del barrio de Maxvorstadt a hacer deporte, a alejarse del ajetreado barrio o incluso a llevar a los niños para que se desahoguen cualquier en la zona de columpios o a hacer picnic.

Este cementerio se encuentra en lo que en los años treinta iba a ser parte de una de las grandes avenidas de la “La Capital del Movimiento”, a la que Adolf Hitler quería reconvertir Múnich, por lo que casi desaparece. Afortunadamente el estallido de la Segunda Guerra Mundial evitó esto.

Múnich como “La Ciudad del Movimiento”, en nuestro tour del nacionalsocialismo, el Tour de El Tercer Reich.

Ubicación aquí.

Zona de juegos en el Alter Nordfriedhof.

Waldfriedhof

Dejamos para el final nuestro segundo cementerio favorito.

Fue el primer cementerio forestal y pionero en Europa. Su autor, Hans Grässel, evitó las formas geométricas estrictas y optando por altos árboles, caminos curvos y tupida vegetación. Con 170 hectáreas y unas 65.000 tumbas, es el más grande de la ciudad, con su parte vieja y su parte nueva, y en él confluyen muchas religiones y visiones del mundo.

En 1955 se creó el primer cementerio islámico de Alemania, y más tarde se añadió el judío. A lo largo de la Tischlerstraße hay un cementerio militar en el que están enterradas más de 3.500 víctimas de las dos guerras mundiales. La bandera italiana ondea en el «Cimitero Militare Italiano» en la Parte Nueva. Aquí yacen unos 3.200 italianos caídos. Un monumento recuerda también a las numerosas víctimas de los asesinatos por «eutanasia», cuyos cerebros fueron examinados por científicos de los Institutos Kaiser Wilhelm (Hoy Sociedad Max-Planck) de Berlín y Múnich.

Personajes ilustres como Michael Ende (autor de obras como “Momo”); el premio Nobel de física Werner Heisenberg (pionero en mecánica cuántica); e incluso el fundador del cementerio, tienen aquí su tumba de honor.

Ubicación aquí.

El cementerio militar es la excepción a la “no regla” geométrica aquí. Imagen: Volksbund.

Nos gusta la mezcla tan curiosa que hacen los cementerios muniqueses: Lugares de recuerdo, de paseo, de inspiración, de memoria, de mezcla de culturas…

Pero aunque aquí los cementerios no tienen ese punto tenebroso u oscuro… la ciudad está repleta de misterios y turbias leyendas que no dejan de formar parte de su magia. Para conocer esta otra faceta de la historia de Múnich, te invitamos a unirte a nuestro Tour de Misterios y Leyendas.

Y si te ha gustado esta lista de los cementerios de Múnich, te invitamos a compartir tu opinión en los comentarios. ¿Conocías alguno de ellos?