Este sábado 15 de Octubre podremos disfrutar de “Die Lange Nacht der Museem”, La Gran Noche de los Museos, como cada año.
Para celebrar esta magnífica idea que cumple ya su 23 aniversario en Múnich, hemos decidido hablar del que probablemente sea el museo más importante de la ciudad.
De hecho, estamos hablando nada más y nada menos que del museo de ciencia y tecnología más grande del mundo: ¡El Deutsches Museum!
Oskar Von Miller: La idea
La construcción y el diseño del museo se debieron en gran medida a la iniciativa y el talento organizativo de este ingeniero civil que supo implicar a personalidades influyentes de la ciencia y la industria como colaboradores para la construcción del mismo. La forma de presentar las exposiciones también estuvo fuertemente influenciada por Miller, mientras que críticos como el profesor berlinés Alois Riedler fueron ampliamente ignorados.
Defendía el principio participativo orientado a la educación, es decir, las exposiciones invitan a los visitantes a participar del museo en sus exposiciones. De hecho, en la zona de entrada, ya se puede leer la cita de Miller «En esta casa cada uno puede hacer lo que quiera».
Un comienzo emocionante
El 1 de mayo de 1903, Oskar von Miller envió una circular relativa a la fundación de una asociación de museos. Los destinatarios de esta carta eran conocidas personalidades de la ciencia y la industria de todo el Reich, como Carl von Linde y Rudolf Diesel, entre otros. A partir de ahí, se formó un estrecho círculo de 37 personas, entre las que se constituyó, ya el 5 de mayo de 1903, un comité al que se donaron 260.000 marcos alemanes.
El 28 de Junio tuvo lugar la reunión fundacional de la «Asociación del Museo de Obras Maestras de la Ciencia Natural y la Tecnología». Ludwig III, -príncipe de Baviera-, y el Emperador Wilhelm II, se convirtieron en sus figuras protectoras.
Otras personalidades como como Max Planck, Gustav Krupp von Bohlen und Halbach siguieron la llamada de la fundación y ofrecieron su ayuda.
Es apasionante pensar lo que tuvieron que sentir todas esas personas pertenecientes al mundo de la ciencia y la tecnología al ver lo que estaban por conseguir.
Construcción, destrucción, reconstrucción
Después de que se presentaran varios planes para el uso de la antigua “isla de carbón” en el río Isar, el Ayuntamiento de Múnich acordó poner el solar a disposición del nuevo edificio del Deutsches Museum: La primera piedra se colocó en 1906, pero las obras no comenzaron hasta 1909.
La base de las colecciones fue proporcionada por donaciones de la industria y, en particular, por la transferencia de la colección de la Academia de Ciencias de Baviera.
Interrumpida por la Primera Guerra Mundial, la construcción según los diseños del arquitecto Gabriel von Seidl duró casi veinte años.
El museo se vio privado de una parte importante de sus recursos financieros. La inflación acabó con los activos en efectivo de la fundación, mientras que las ayudas estatales y empresariales también disminuyeron y el número de visitantes se redujo. Debido a la desoladora situación, la continuación del edificio del museo estuvo en ocasiones en grave peligro.
A pesar de todo, el Deutsches Museum se inauguró el 7 de mayo de 1925 -el día del 70º cumpleaños de Oskar von Miller- con una pomposa celebración.
Aunque seguía sin estar terminado.
Pero, ¿estaba destinado a terminarse alguna vez?
A pesar del ajetreo político que azotaba el país tras la Guerra, el museo consiguió mantenerse apolítico gracias a la insistencia de la junta directiva.
Igualmente ocurrió durante los primeros años de aparición del NSPD. Esto le costó a Miller numerosos enemigos, así como acusaciones polémicas públicas y de falta de patriotismo. El 7 de mayo de 1933, Miller anunció su retirada de la dirección.
El museo sobrevivió indemne durante mucho tiempo a los ataques aéreos que sufrió Múnich a partir de 1940 por la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, a partir de 1944, el edificio sufrió varios ataques que dejaron el 80% de la estructura del edificio destruida y los objetos expuestos con daños considerables.
Desde que comenzasen los trabajos de reconstrucción del edificio en 1947, el museo no ha dejado de crecer, incluso con otros edificios afiliados que hoy se encuentran en Oberschleißeim, Theresienhöhe (Múnich), Núremberg y Freilassing.
Hoy en día
Con aproximadamente 1,5 millones de visitantes por año. Se estima que para recorrer la totalidad del museo es necesario invertir alrededor de 8 días. Se encuentra distribuido en 50 secciones sobre una superficie de 4,7 ha.
En total hay más de 18.000 objetos catalogados en 50 categorías de la técnica y las ciencias naturales expuestas en la sede principal. En sus fondos se hallan más de 60.000 objetos y más de 850.000 libros y textos originales. Los principales temas que aborda son ciencias, materiales y producción, energía, transporte, comunicaciones e información.
Precios: Diferentes según condición. Consultar página oficial. y su ubicación si quieres visitarlo.
Es interesante comprobar lo que puede lograr el ser humano cuando se aúnan fuerzas por un interés común. Este lugar, sin duda, ha servido de inspiración para nuevas ideas y descubrimientos.
Nosotros hemos ido varias veces, ¡y la verdad es que nunca es suficiente!
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