Cada año, poco tiempo antes de que empiece la Oktoberfest, se elige un dibujo, figura o personaje para adornar la que será la Krug (jarra) oficial de cerveza. La elección del diseño se lleva a través de un concurso con un jurado.
Si en 2020 y 2021 tuvimos, además de la Krug oficial, una edición limitada para recordar la cancelación de la fiesta por el Covid19, en 2022 la elección del motivo ha sido de gran aceptación y acogida entre los muniqueses.
La Krug del 2020, con su cartel “Koa Wiesn 2020” –Ninguna Wiesn en 2020- mostraba a una Lady Baviera con mascarilla, al igual que el león bávaro que la acompaña, y a un molesto Münchner Kindl que, enfadado, se queja “Zäfix!”, que viene a ser algo así como –suavizando un poco-, “¡maldita sea!” en bávaro.
Lo que no se ve muy bien, es un pequeño pero regordete angelito que medio aparece en una nube a la derecha y que, con esperanza, sostiene un cartel que reza “Wiesn 2021”.
Para los bávaros y los muniqueses, la Oktoberfest es conocida como Wiesn (prado), ya que se celebra en lo que antiguamente era un prado, así, Wiesnfest significaría “la fiesta del prado”.
En el 2021 tuvimos algo muy parecido, pero esta vez el angelito ya no estaba esperanzado, sino más bien molesto porque, sin poderse evitar, ¡la Wiesn del 2021 también se había cancelado!
Esta vez, el ángel era el que maldecía “Zefix! Scho wieder!”, ¡maldita sea! ¡Otra vez…!
Ese ángel, llamado Aloisius, es el protagonista de la Krug de este año 2022, ¡y ciertamente lo tiene bien merecido!
A pesar de que el concurso estaba muy reñido, ya que los diseños presentados eran realmente emocionantes y representaban demasiado bien la Wiesn. Pero finalmente, y con una mayoría aplastante, venció Aloisius. Y los muniqueses, y los que conocen la historia del ángel, saben que no podía haber mejor póster. Además, aparece de la mano con el Münchner Kindl y la famosa noria de la Oktoberfest de fondo.
Aquí te contaremos la historia de Aloisius, pero si aún no conoces la historia del Münchner Kindl, ¡deberías apuntarte a nuestro Free Tour!
La historia del ángel gruñón Aloisius es una sátira popular del escritor bávaro Ludwig Thoma, escrita en 1911. El autor trata el cliché del típico bávaro, especialmente el gruñón muniqués, con un guiño.
Ludwig Thoma: «Un muniqués en el cielo»
“Alois Hingerl, empleado de servicio número 172 de la Estación Central de Múnich, trabaja tanto y con tanta energía, y tantas horas sin descanso, que un día cae al suelo agotado, y muere por el esfuerzo. Dos ángeles lo arrastran al cielo, con algo de dificultad, donde San Pedro le da el nombre de «Ángel Aloisius», además de un arpa y una nube. Aloisius tiene desde ese momento una misión en el cielo: Debe cantar el hosanna y el aleluya desde el amanecer hasta el anochecer, según un horario fijo y de acuerdo con las «reglas de la casa celestial».
Pero a Aloisius no le gusta su trabajo en el cielo, y se frustra porque además no ve ninguna recompensa por parte de San Pedro.
“¿Dónde está la cerveza? ¿Dónde está mi recompensa?” Se pregunta todos los días.
Después de varias semanas, Aloisius está harto y ya no canta con la misma alegría que el primer día, más bien está pegando voces y molestando al personal celestial.
Dios lo escucha desde su habitación y pregunta a San Pedro quién es ese pobre ángel que grita sin consuelo: “Un ángel venido de Múnich”, le contesta San Pedro.
“De Múnich, ¿eh…?” Dios le ve poco futuro a Aloisius como cantante, pues contra un muniqués no mucho se puede hacer.
Así que a Dios se le ocurre otra manera más práctica de emplear a Aloisius con la que además se sentirá eternamente contento.
A partir de ese momento Aloisius será consejero celestial. Debe transmitir consejos divinos al gobierno bávaro, y para esto, tiene que hacer pequeños viajes entre el cielo y la Tierra. Así, al visitar Múnich con frecuencia, seguro que Aloisius está mucho más feliz.
Aloisius se alegra mucho de esta misión, recibe un consejo divino y procede a dirigirse hacia el Gobierno Bávaro, pero de camino se topa con su querida Hofbräuhaus, y es consciente de lo mucho que la ha echado de menos. Por sus venas muniquesas corre sangre cervecera, y sus genes le incitan a acercarse…a tomar una Maβ.
Pero luego se pide otra, y luego otra, y luego otra…
Y si hoy en día vas a la Hofbräuhaus, todavía te puedes encontrar allí a Aloisius, y es por eso que los consejos divinos nunca llegan al Gobierno Bávaro…”.
En su momento, Thoma tuvo que pagar una multa por la satírica frase final.
Aloisius no sólo ha llegado a la Hofbräuhaus en el cuento de Thomas. Cada año, una figura del ángel adorna también el famoso revestimiento del techo de la carpa de Hofbräu en la Oktoberfest. Y desde 2020, también está en la Hofbräuhaus, apropiadamente, sobre el dicho “Durst ist schlimmer als Heimweh“, «La sed es peor que la morriña». Y llevando mascarilla.
¡Seguro que después de un par de Maβ, cualquiera es capaz de ver a Aloisius por el Wiesnfest…!
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